Falso amigo nº 25: recluse (inglés) ≠ recluso (español)
Los dos falsos amigos de esta entrada, recluse y recluso, provienen ambos en última instancia del latín. Claudere significaba cerrar y palabras como las actuales llave, claustro en incluso close (cerrar en inglés) son de la misma familia. En el latín tardío claudere dio lugar a recludere y a su participio reclusus.
Al inglés, recluse llegó a través del francés medieval reclus en el siglo XIII. Entonces hacía referencia a la persona que se retiraba del mundo por razones religiosas o espirituales. Hoy en día ha perdido un poco ese significado y equivale a solitario. Es semejante a cuando en castellano decimos de alguien que lleva vida de ermitaño. No nos estamos refiriendo necesariamente a que esté en búsqueda de una intensa relación con lo divino. Puede que esté trabajando en algún proyecto, que se haya enganchado a un canal de Teletienda 24 horas o simplemente que se haya aburrido del mundo. El caso es que no se relaciona con la gente, y eso en inglés se llama recluse.
En castellano recluso es algo similar, pero hay ciertos matices diferenciadores. Por un lado, la palabra castellana mantiene ineludiblemente la connotación de «encerrado», elemento que ya no es imprescindible para su pariente, el inglés recluse. Pero para el recluso sí es imperativo, porque el aislamiento le viene impuesto de forma obligada por las autoridades. Y por último, el recluso sí mantiene contacto con la gente. Otros reclusos, mayormente.
A alguno le parecerá terrible ser un recluso y a otro le impresionará más la vida del recluse. Uno forzosamente confinado junto con otros reclusos y obligado a cumplir un severo reglamento. Voluntariamente incomunicado el otro, sin relación alguna con otros seres humanos y sin más normas que las que él se imponga. Sin haber experimentado ninguno de los dos extremos, ambos modos de alejamiento de la sociedad se nos presentan estremecedores.
Para aquellos a los que la diferencia entre un preso involuntario y un eremita voluntario no le resulte significativa, he añadido una simpática araña en la ilustración. Se trata de la recluse spider, o araña reclusa. El nombre le viene por su vida solitaria y hábitos nocturnos, no por estar encerrada; aunque debería, porque es mala, malísima.
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Bueno, de vez en cuando es bueno hacer una parada y recluirse lejos del mundanal ruido aunque sea sólo para que no llegar al extremo de que te recluyan de forma forzosa 🙂
Abrazo sin alejarme demasiado 😀
«Para NO llegar» quería decir 😦
Sí, se entendió; y estoy de acuerdo, Framboise
Estoy de acuerdo. La spider recluse (y todas las demás spiders, tengan el «apellido» que tengan) debería estar encerrada a cal y canto, da igual si voluntariamente o forzosamente, y no salir nunca, nunca, nunca de allá dondes esté.
Con lo bonito que es el dibujo…¡¡¡y has tenido que ponerme una arañita!!!!
😛
Ya perdonarás, creo que es la influencia del 50 aniversario del hombre araña. En Zaragoza le homenajeamos con una exposición sobre SPIDER-MAÑ en el Salón del Cómic.
XI Salón del Cómic de Zaragoza
Veo Azofaifa que tu admiración por las Spider, no tiene límite. ¿Qué te han hecho, pobricas? Con lo pequeñica que la pone Ignacio. A mí me ha parecido muy bien el texto y el dibujo, araña incluida. Por ciero, tuve una tía maña que utilizaba mucho la expresión «pobricas». Me pregunto si se usa en Aragón, o era cosecha propia.
Realmente el sufijo -ico/-ica es famoso en Aragón, aunque no somos los únicos. Navarros y murcianos, entre otros, lo usan con mucho salero. Utilizarlo con el adjetivo «pobre» va perfecto, porque se emplea a menudo para suscitar lástima o compasión (¡animalico!). La duda supongo que iría sobre si tiene que ir en este caso con interfijo o no, es decir, pobricas o pobrecicas. Pues no sé qué decirte. La norma sería con interfijo, pobrecicas, que es lo habitual. Pero el tema es que pobricas tampoco me suena raro. Creo que también se dice, aunque no lo puedo asegurar.
Total, que no te he resuelto nada. ¡Pobrica!
¡Exposición de spider-mañ! Jajajaja ¡Vaya ideas! Ahora sé a dónde no ir estas Navidades.
Y por cierto, Mª Pilar….¡Cómo que pobricas! Tristemente las spiders que caen bajo mi radar nunca son tan «moñoñas» como la que ha dibujado Ignacio.
PD. «Animalico»….entrañables recuerdos 🙂